8.5.08

 

Se acabó

Así es. Hasta aquí llegamos. Este blog sirvió mucho tiempo mientras pasaba por una crisis profunda, y ahora eso esta resuelto (no del todo, claro... si la vida no esta hecha completamente). Entonces es mejor cerrar. Lo he pensado ya por varios días y es lo justo.

Ciao.

7.4.08

 

Chamuco

Por qué "chamuco" no está en la RAE? Me gusta como suena.

Por cierto, 367 días no son pocos. Y todos esos han pasado. :)

6.3.08

 

>(

Carajo... me decido a actualizar y no puedo subir imagenes... Y lo unico que queria era subir una imagen...
-----------------

We're sorry, but we were unable to complete your request.

When reporting this error to Blogger Support or on the Blogger Help Group, please:

Describe what you were doing when you got this error.
Provide the following error code and additional information.
bX-p52j72
Additional information
blogID: 9626351
host: www.blogger.com
uri: /upload-image.g

This information will help us to track down your specific problem and fix it! We apologize for the inconvenience.

--------------------------------------------------------------------------------

Home | About | Buzz | Help | Discuss | Language | Developers | Gear
Terms of Service | Privacy | Content Policy | Copyright © 1999 – 2008 Google

3.1.08

 

Te

De alguna extraña manera encuentro el hecho de preparle a mi pareja (o que él me prepare) una taza de te, lleno de inusitada ternura.

Preparar café en la mañana puede tornarse un ritual y sobre todo cubre una necesidad (el estímulo de la cafeína). Mas el escuchar "¿quieres un te?" en la quietud de la noche, o un día festivo mientras se está envuelto en cobijas, inevitablemente me hace sonreir. Y al tomar el primer sorbo se caldea no sólo la garganta, sino tambien mi agradecido y cursi corazoncito.

:)

13.12.07

 
A veces me pienso y me percibo madura, con no poca experiencia y con suficiente conciencia. Eso me lleva a creerme, de alguna forma, vieja. Y luego, con esta idea de mi misma fija en la cabeza me miro al espejo y sorprendida me miro de un lado, del otro, de frente... me doy cuenta de que no me veo como me siento.

No es malo :) con "vieja" no me refiero a desgastada. Pero no deja de asombrarme cómo lo que el espejo me muestra no concuerda con la imagen interna de yo.

9.11.07

 

A falta de químicos cerebrales…

1
Lex estaba de pie, frente al visor. Tenía las manos en los controles, pero no se decidía a activarlo. Miraba sin mirar la pantalla de 34 pulgadas. Antes de comenzar a mover las manos, cruzó por su cabeza el inalcanzable deseo de adquirir un visor nuevo. Esta tecnología ya no la satisfacía: los nuevos visores se instalaban en una habitación con ese único propósito, y el recubrimiento de las superficies con la película de proyección encarecía enormemente la obra. Una mueca de desencanto modificó la forma en que sus labios se mantenían unidos cuando el rápido cálculo que llevó a cabo expuso que el lujo de tener uno de esos visores equivalía a dos años completos de comidas en el comedor común, y eso sin contar los innumerables sobornos que tendría que repartir por aquí y por allá para conseguir la autorización del espacio. Su afección no alcanzaba el grado establecido para obtener una subvención del Estado.

Así que con un resoplido de frustración dejó que sus dedos se movieran perezosamente primero, y con inusitado brío conforme avanzaba en la programación del episodio que utilizaría esa mañana:

DECLARE:
00. RobotVerde
01. Ambiente[Playa]
02. Olas[230]
03. Hombre[F4C351]
04. TablaSurf1
05. TablaSurf2

BEGIN:
100 Llegada(RobotVerde)
200 Alista(surf)
300 ciclo ( Olas[ini..fin] )
310 GeneraAleatorio(Ola)
320 TomaOla(RobotVerde, TablaSurf1)
330 fin ciclo
400 Acercamiento(Hombre[F4C351], RobotVerde)
500 Charla(Hombre[F4C351], RobotVerde)
600 ciclo ( Olas[ini..fin] )
610 GeneraAleatorio(Ola, ^5)
620 TomaOla(RobotVerde, TablaSurf1)
620 TomaOla(Hombre[F4C351], TablaSurf2)
630 fin ciclo
700 …
800 …
.
.
.

Pasó sus ojos rápidamente por el listado y asintió. Todo se veía bien. Total, si existía algún fallo en el código, lo peor que podía pasar es que terminara en medio de la nada, como ya había sucedido antes (y sin embargo, hacía tiempo de la última vez) y que dudara durante horas el comenzar de nuevo o irse a refugiar a la cámara de descanso para dormir lo que restaba del día sin preocuparse en lo absoluto por el mundo ‘exterior’, consumida por las disputas de los inquilinos internos.

Colocó los audífonos en sus oídos, oscureció completamente la habitación y pulsó la tecla “Reproducir”. Inmediatamente las sentencias fueron interpretadas por el visor y las imágenes y sonidos se sucedieron unos a otros en una historia ficticia que Lex, a pesar de haberla programado ella misma, disfrutó. Cuando la pantalla quedó de nuevo en esa luminosidad grisacea – negruzca sonrió satisfecha y miró las manecillas fluorescentes de su reloj de pulsera: tenía lo necesario y justo a tiempo para la entrevista. Caminó a oscuras hasta llegar a la puerta de su departamento y salió con rumbo al subte.

15 minutos después esperaba en la antesala de la oficina del señor N., a que éste terminara de leer las tiras cómicas del diario matutino para poder recibirla. Claro que su secretaria le había dicho que “el Señor N. estaba por terminar una conferencia extremadamente importante”. “Extremadamente importante mi inquilino pesimista” pensó ella. Conocía muy bien el prototipo al que pertenecía el señor N.: ladino, inconsciente y de apariencia física no del todo agradable: #2315C0. Lo había visto un par de veces en el telediario y no lo recordaba por su buena imagen, precisamente.

Todavía pasaron algunos minutos antes de que estuviera sentada frente a él, mirando sus manos que descansaban sobre la falda negra que llevaba puesta, mientras éste examinaba en la computadora el portafolio que ella había llevado. Ella sabía que no sólo revisaría el material que había seleccionado para mostrar, sino también su historial laboral y médico. No había manera de impedirlo, los empleadores podían acceder a esa información sin mayor problema. Dentro de su cabeza, recitó el párrafo que conocía tan bien y describía su patología:

Afección: Depresivo
Grado: Medio – alto
Descripción: Los depresivos son personas que no producen los químicos cerebrales necesarios (puede ser desde endorfinas, serotonina, adrenalina) para conservar un estado anímico normal. Tienden a ser personas apáticas, calladas y con problemas hacia la autoridad [ … ]

Y una sarta de oraciones que se sucedían una a otra tratando de hacer comprensible la enfermedad que en días le impedía salir de la somnocápsula. Escuchó un gruñido del otro lado del escritorio y Lex levantó la vista. El señor N. seguía mirando la pantalla. Pasados otros cuantos minutos, éste miró directamente a Lex y le preguntó: “¿Por qué debería contratarte, teniendo tantos problemas mentales?”

Lex sintió un ligero brote de indignación. Lo cierto era que ese minúsculo representante del sexo masculino no tenía el mínimo derecho de hacer una pregunta de ese tipo, ni en esa forma. Mas en ningún lugar se estipulaba que los directores de las grandes empresas de publicidad deberían ser amables o personas de un alto contenido moral. Sin embargo, era bien sabido que PubliCorp debía su éxito no sólo a sus diseñadores, sino también a su dirigente.

Fijó sus grandes ojos almendrados en los del señor N. y con una expresión inamovible contestó

-- Usted ha visto mi trabajo. Juzgue si le es útil lo que soy capaz de hacer o no.

El señor N. sostuvo su mirada por un par de minutos en silencio y con una sonrisa chueca dijo

-- Dentro de un par de días recibirá noticias de nosotros.

Y levantándose hizo un gesto que la ‘invitaba’ a retirarse. Lex se levantó de su silla a la vez y dando la vuelta, salió de la oficina aquella, para que el señor N. pudiera continuar con su arduo trabajo diario.

2
La entrevista no había ido del todo mal. Decidió caminar un poco antes de regresar a casa. Enfiló sin rumbo por la ajetreada ciudad y su mente divagó mientras sus pies daban un paso después del otro. ¿Cuánto tiempo más podría soportar de esa forma? ¿Cuántos años le quedaban de efectividad a los ‘episodios’? Y cuando ya ni las fantasías autocreadas la satisficieran… ¿qué habría que hacer? ¿Darse un tiro, dejarse morir de hambre y tristeza, tirarse a las vías del subte? Ya ni en el mercado negro se podían conseguir pastillas para levantarse el ánimo. Cada día se preguntaba lo mismo: “¿Qué tiene para mi el futuro? ¿Para qué sirvo realmente, qué puedo hacer? ¿Cómo dejar salir todas las ideas de mi cabeza que en ocasiones la hacen parecer una de esas viejas ollas de presión, a punto de explotar en cualquier momento? ¿Cómo dejar definitivamente atrás este pantano de incertidumbre? ¿Cómo repudiar a la tristeza que forma parte de mi, que le da este color neón a mis huesos? ¿Cómo ser normal? ¿Podría serlo? ¿Me gustaría si lo fuera? ¿No sería acaso una versión brevemente modificada del tenebroso mundo que ahora habito? ¿Un lugar gris en vez de negro? ¿Una simple modificación en la tonalidad? ¿Sería tan tremendamente exasperante como la apatía crónica con la que vivo?” -- pock – sonó su pie al pegar contra una pared. Había perdido el sentido del tiempo y el rumbo. Miró a su alrededor tratando de ubicarse. A unos cuantos metros a su derecha estaba una boca de subte. Continuó caminando hasta ahí, bajó las escaleras y acercó su cartera a la controladora de acceso. Dio unos pasos más y se amalgamó con la entidad formada por cientos de otros humanos de estructura semejante, llenos de particularidades y que nada tenían que ver con ella.

3
Algunas horas después, la mano de Lex sostenía con desgana el trazor suspendido sobre la pantalla sensible. Nada acudía a su mente. Lo que dominaba su paisaje mental era el ya conocido ausentismo de cualquier cosa. Sentía el bump bump bump que sobresalía del resto de los sonidos electrónicos interpretados por el visor. Cerró los ojos dejándose envolver por la música. Quizá si se dejaba navegar, sin buscar realmente, podría encontrar algo. Aflojó su cuerpo sobre la silla, que se reconfiguró siguiendo las formas de su delgado cuerpo: huecos en correspondencia con las curvas, montículos en las cavidades que mantenían en su lugar cuello y brazos. Bump bump bump aquí no hay nada. Bump bump bump así no se puede seguir bump bump bump luchar por salir de la somnocápsula cada día no es vida bump bump bump maldita genética bump bump bump – bump bump bump. El trazor cayó al piso y al sentirlo deslizarse entre sus dedos, al percibir la suave fricción del material plástico contra las yemas una inusitada chispa iluminó el paraje árido del cual ella era la reina. Emperatriz de la nada. Su título autoimpuesto.

Se levantó decidida. Podía intentarlo. Las dosis diarias de fantasía sólo recargaban su batería lo suficiente para continuar, mas dada la escasez de ánimo jamás lo había pensado. De 4 pasos estuvo frente al visor. Encendió la pantalla. Sus manos fueron seleccionando de la lista de episodios anteriores los que recordaba como los más estimulantes: salto de un edificio, frenesí sexual con individuo A291D0, pedaleo en el risco, persecución en autonave, enamoramiento fugaz… la lista siguió creciendo hasta acumular un número considerable de eventos creados con anterioridad. Ordenó la lista de menor a mayor grado de satisfacción producida y oscureciendo completamente la habitación, pulsó “Reproducir”. La estancia se llenó de sonidos, colores, su rostro y el rostro de algunos otros junto con paisajes hermosos y extintos hacía ya tiempo con el avance de las ciudades. Sintió su cuerpo temblar un poco, el tirón en el estómago antes de saltar, su piel erizarse ante un roce, el viento silbando en sus oídos… los episodios se reproducían ininterrumpidamente y Lex no apartaba sus ojos de pupilas dilatadas de la pantalla. Las manos comenzaron a escocerle y los músculos que rodeaban sus labios se activaron para formar una mueca extraña que levantaba sus comisuras y los tensaba, mostrando un poco los dientes. Aquello comenzaba a sentirse bien. No bien como cuando las voces en su interior se silenciaban después de estar discutiendo largo rato, ni bien como cuando el desgarrar pequeñas partes de su piel alejaba temporalmente el torbellino mental. Se sentía bien como con ganas de hacer algo que demostrara que estaba viva. Saltar y estirarse sintiendo cada uno de los músculos que trabajaban para suspenderse algunos fragmentos de segundo en el aire. Se sentía tan bien como para cantar y agradecer a… a alguien el que el mundo existiera. Aquella sensación nueva la tenía arrobada. Qué experiencia tan reconfortante. ¿Así se sentía ser feliz? ¿Esto era a lo que llamaban “euforia”? ¡Gran Jehosaphat! ¿Cómo podía ser que esa sensación le estuviera vedada de manera natural? Imposible seguir encerrada en esa habitación. Debía salir, respirar profundo, levantar los brazos, correr hasta sentir los muslos hincharse, ver el mundo de allá afuera con esa nueva luz, cambiar la perspectiva, reconciliarse con las multitudes. Tomó su bolso y salió a la intemperie, donde una suave lluvia caía desde hacía algún tiempo. Todo se veía distinto: las calles mojadas, los edificios, las nubes. Después de todo, la ciudad no era tan fea como había pensado. Sabía a dónde tenía que ir. El subte.

4
Corrió hasta la boca de subte más cercana. Estaba mojada, las mejillas le dolían por la extraña forma en que su cara se reconfiguraba pero jamás se había sentido llena de aquella tibieza. Y llegó. Miró a las personas que pasaban junto a ella, rozándola, empujándola. Vio aquellas caras: mustias las más, iracundas las menos, y pensó que quizá no era tan diferente de ellos como creía. Seguía sintiéndose muy bien. En ese momento era capaz de buscar algo mejor para ella, deseaba realmente que la vida pudiera mostrarle todo el goce que le tenía reservado y que por alguna extraña razón había estado ahorrando para cuando llegara el momento. Caminó por los andenes entre la gente, dejándose tocar, reevaluando esos breves contactos. Cerró los ojos. ¿Por qué estaba castigada? ¿Qué había hecho mal? ¿Cómo volver al gris después de haber conocido los colores? Dio un paso más y se dejó envolver nuevamente por la tibieza, completamente abstraída e ignorando las voces tan altas “¿Acaso gritan?” y el sonido del subte que todo lo inundaban.

17.10.07

 

Recuerdo


This page is powered by Blogger. Isn't yours?